El régimen de Assad, que lleva 54 años en el poder, llegó a un abrupto final el domingo cuando el expresidente sirio huyó de la ciudad a Moscú, según los medios estatales rusos. Rusia era un aliado clave del régimen de Assad y, según se informa, su familia recibirá asilo allí.

Tras una rápida ofensiva, Damasco cayó en manos de las fuerzas rebeldes y el grupo rebelde Hayat Tahrir al-Sham (HTS) invadió la capital.

En Damasco, multitudes jubilosas celebraron la caída del régimen, ondeando banderas revolucionarias, derribando estatuas y retratos de Assad y su padre Hafez, saqueando su casa y llenando las calles con disparos de celebración y bocinas de automóviles.

En un momento simbólico, el líder del HTS, Abu Mohammed al-Jawlani, se dirigió a la multitud que vitoreaba durante una visita a la histórica Gran Mezquita Omeya en el casco antiguo de Damasco.

La caída de Damasco y Siria en manos de los rebeldes se produjo a una velocidad sin precedentes: apenas 12 días.

Las fuerzas rebeldes entraron en la capital alrededor de las 5 de la mañana, hora local, sin encontrar resistencia significativa. Rápidamente aseguraron infraestructuras críticas, incluido el aeropuerto internacional y el edificio de la televisión estatal.

Las fuerzas y el personal del gobierno abandonaron sus posiciones, lo que facilitó de manera efectiva una toma de poder sin problemas por parte de los rebeldes. El domingo por la mañana, el régimen de Assad había perdido por completo el control de Damasco, y se especuló ampliamente que el presidente había huido de la capital.

“Dios no te fallará”
Al-Julani ordenó a los combatientes evitar las instituciones públicas, que permanecerían bajo la supervisión del primer ministro saliente hasta una entrega formal.

“El régimen [de Al Asad] ha encarcelado a miles de sus propios civiles injustamente y sin que hayan cometido ningún delito”, dijo a una multitud reunida en la Mezquita Omeya.

“Nosotros [el pueblo sirio] somos los legítimos dueños [de este país]. Hemos estado luchando y hoy hemos sido recompensados ​​con esta victoria”.

“Dios no os fallará”, añadió Al-Julani. “Esta victoria es para todos los sirios; todos fueron parte de esta victoria”.

Al-Julani anteriormente dirigió la rama siria de al-Qaeda, el Frente al-Nusra, antes de distanciarse del grupo.

En una declaración en vídeo, el primer ministro Mohammad Ghazi al-Jalali señaló la voluntad del gobierno de cooperar, expresando su disposición a “extender su mano” a la oposición y transferir funciones gubernamentales a una administración de transición.

“Estamos extendiendo nuestra mano a la oposición, que dijo que no tocaría a nadie y nos extendió la mano a nosotros”, dijo al-Jalili.

“Siria pertenece a todos los sirios. Este país puede ser un país normal, este país puede tener buenas relaciones con sus vecinos y con el mundo”, añadió.